jueves, 29 de enero de 2009

Europa: 10º aniversario de la Eurozona


Crisis económica, surgen grietas en la Unión Europea de los patrones


Danny Byrne, CIT.

27 de enero del 2009.


La crisis capitalista internacional, que se ha desarrollado en los últimos meses, ha servido para desacreditar totalmente la política de libre mercado y la ideología del período de auge de los últimos veinte años. Un elemento de los "inexpugnables" argumentos esgrimidos por los ideólogos y defensores del libre mercado era la idea de que el capitalismo había entrado en una nueva etapa de paz y armonía, que se caracteriza por la cooperación y la integración cada vez mayor de las economías capitalistas y los gobiernos. La Unión Europea (UE) se anunció como un excelente ejemplo de la anulación de las rivalidades nacionales. La introducción del euro, hace diez años este mes, como una moneda común, en particular, fue presentada como prueba de la recién encontrada unidad del capitalismo europeo.



Los acontecimientos de los últimos meses, realmente, han tirado a la basura estas afirmaciones. A medida que la crisis económica se ha desarrollado, la «unidad» y «acción colectiva» previamente anunciada por los gobiernos europeos se dejaron de lado; así, gobiernos nacionales realizaron importantes intervenciones en el mercado, en defensa de sus propios intereses económicos. Esta sacudida de la UE proporciona una visión útil hacia un nuevo período de intensificación de las rivalidades nacionales que acompañará a la crisis económica internacional.



Dividida y desesperada

El sábado 4 de octubre de 2008, mientras los mercados y acciones se desplomaron en todo el mundo y después de la caída y rescate de una parte importante de los EE.UU. el sector financiero, los dirigentes de las cuatro mayores economías de la UE se reunieron en París para debatir una respuesta coordinada a la amenaza para el sector financiero de Europa. Gordon Brown de Gran Bretaña, la canciller alemana Angela Merkel, el francés Nicolás Sarkozy y Silvio Berlusconi de Italia; habían tenido un extenuante par de semanas, ya que, como los gobiernos de todo el mundo, tropezaban de un desastre a otro, al parecer incapaces de estabilizar la economía mundial en caída libre. No es de extrañar que los cuatro gobernantes no llegaran a acuerdo sobre alguna acción conjunta.



Habían estado molestos sólo días antes por las acciones de sus homólogos irlandés y griego, que se movieron a garantizar todos los depósitos bancarios. Merkel criticó las acciones del Ministro de Hacienda irlandés, Brian Lenihan, como "inaceptables". Lenihan había emitido una garantía a todos los depósitos, no sólo a los bancos irlandeses, sino también a los bancos de propiedad extranjera con sede en Irlanda; que tuvo un efecto distorsionador en los mercados europeos. Sin embargo, las acciones independientes del capitalismo irlandés, sin tener en cuenta los intereses de sus socios de la UE; junto con la falta de acuerdo de los cuatro gobernantes en París, sobre un paquete de rescate conjunto, indica las limitaciones de la integración capitalista europea y la devastadora magnitud de la crisis.


La base de estas limitaciones es el hecho de que los diferentes grupos de capitalistas nacionales tienen diferentes intereses. Si bien el imperialismo y la globalización han obligado a una mayor difusión internacional y vinculación de la economía mundial, la base social-económica del capitalismo sigue siendo el Estado-nación. Mientras que las élites gobernantes pueden reunirse cuando todo parece bien, o para una mejor explotación de los trabajadores; en tiempos de crisis y pánico, tienen una tendencia a retroceder a sus esquinas. El banco irlandés de garantía es prueba de esto (véase el artículo sobre la crisis bancaria irlandesa).



Esta tendencia se refleja claramente en el fracaso de los líderes de la UE para aplicar un plan de rescate para el conjunto de la Unión. A pesar de ser quizás en el mejor interés del capitalismo en la UE, la idea de un amplio "escudo" en la UE para el sector bancario fue rechazada de plano. Las observaciones del ministro de Finanzas alemán, Peer Steinbruek, arrojaron más luz sobre la incapacidad del capitalismo europeo para actuar como uno solo. Afirmando que en el caso de los intereses financieros alemanes, el gobierno alemán debe seguir siendo el "maestro del proceso", explicó, "El canciller y yo rechazamos un escudo europeo porque nosotros como alemanes no queremos pagar en una olla grande donde lo que hacemos no tiene control”. Cuando toda la UE acordó un conjunto de medidas de estímulo finalmente, por urgente necesidad, fue más de dos meses después de la aparición de la crisis financiera.



Debilidad del euro es expuesta

Incluso el euro, la tan anunciada moneda común de la mayoría de los Estados de la UE, en el décimo aniversario de su introducción como un método electrónico de pago, ha sido expuesto por los recientes acontecimientos como cualquier cosa, menos estable. El valor de la moneda se desplomó, en medio de la incapacidad de los líderes en actuar juntos para estabilizar los mercados. Reportes, incluso, sugirieron que algunos cambistas no oficiales cobraban distintas tarifas para imprimir billetes en euro en los distintos países. En Alemania, aumentó del número de personas que retiraba dinero en efectivo directamente de las sucursales bancarias en lugar de los cajeros automáticos, ya que se podían asegurar que le daban billetes del banco alemán. Como la crisis se desarrollaba, Simon Derrick, jefe de divisas en el Bank of New York Mellon fue citado en el Daily Telegraph, "¿Qué está molestando a todos, es la clara falta de un gobierno unificado en la zona del euro ... Mi preocupación es que esta bola de nieve podría muy rápido poner en peligro la unión monetaria". Esta incertidumbre sobre el futuro de la moneda Euro es totalmente justificada.



El euro y la Unión Monetaria Europea (UEM), como la UE, constituyen experimentos inestables en la convergencia de las diversas economías nacionales, que no pueden ser unidas artificialmente. El euro se creó en un período, durante el cual el capitalismo europeo estaba en la cresta de una ola económica y vio la introducción de una moneda común como un instrumento útil. Su establecimiento, sin embargo, no ha dado lugar a una convergencia de las economías de la UEM, que siguen siendo de carácter nacional. Sin embargo, un colapso o crisis en un país de la UEM tendría repercusiones en la moneda en su conjunto, y como la experiencia de los acontecimientos en torno a la crisis actual testimonian, los estados más fuertes no serán fácilmente persuadidos a tomar acción por los intereses de los vecinos débiles.



El desarrollo de la crisis también puede socavar gravemente los argumentos presentados recientemente por numerosos comentaristas económicos y políticos, como de Peter Mandelson en Gran Bretaña, que señaló que para varios países de la UE que se encuentran actualmente fuera de la Eurozona, sería mejor unirse al euro en este momento, y hacer uso de la «estabilidad» que sería proporcionada. Es probable que, en caso de que Gran Bretaña busque la entrada al euro, Alemania y Francia se opondrían a la incorporación de la crisis del capitalismo británico en la UEM, prontamente sacudida por la crisis de las economías irlandesa, griega y española. Para otras economías, como los admitidos en la UE después de la aprobación del Tratado de Niza en 2003, pero cuya incorporación a la moneda del euro se dejó en suspenso, o economías más establecidas de la UE, como Suecia y Dinamarca, que optaron por quedarse fuera de la moneda, la perspectiva de ser vinculada a las economías en crisis no puede ser muy atractivo.



Las "facilidades fiscales" y la caída del crédito

Esta desunión y los egoísmos nacionales que se evidenciaron en la reacción de los gobiernos europeos a esta crisis plantea la cuestión, ¿que bases para una moneda común europea estaban en primer lugar? En efecto, como se desarrolló la crisis, las economías en crisis, como Italia, con su muy elevado déficit (cercano a causar una crisis monetaria en 2006), o España (previsto por la Comisión Europea para generar un déficit de más del 6% en 2009), ya que su economía es afectada por la explosión de su burbuja inmobiliaria, puede arrastrar hacia abajo la moneda, impactando en todos los estados de la UEM. El llamado "Pacto de Estabilidad" de la UEM, que exige que los Estados miembros deben mantener un déficit por debajo del 3% anual, para preservar la estabilidad de la moneda, está siendo expuesta como un intento no realista para mantener las economías de Europa unidas.



De hecho, en los últimos días, cuatro países de la eurozona (España, Grecia, Irlanda y Portugal), fueron advertidos que el rápido deterioro en su estado de finanzas públicas daría lugar a que su calificación de crédito internacional sería rebajado. Esto tendría graves consecuencias, pues aumentaría los costos de los préstamos para estos países. En el contexto de la crisis actual, con los gobiernos que tratan de salir de la recesión, alimentados por préstamos, el impacto de estos acontecimientos podría ser desastroso. En el caso de Irlanda, por ejemplo, cuando los préstamos proyectados para este año son de alrededor de 20 billones (casi la mitad de la actual deuda nacional), el aumento de los costos de los préstamos agravarían aún más su situación económica.


En respuesta a la inevitabilidad de un gran número de países de la UE que infringen las normas fiscales, una reducción temporal de las normas se acordó en los últimos meses del 2008. Sin embargo, alimentada por los acontecimientos recientes, parece como si una lluvia radiactiva se acercara a la Unión. La baja calificación en los ratings de créditos de varios países ha llevado a una nueva ampliación de la brecha entre el valor de los bonos de estos países, en comparación con los Estados de la UEM, más "prudentes", como Alemania, Bélgica y los Países Bajos. El hecho de que estas economías están todas vinculadas entre sí por la Unión Monetaria significa que los déficit y reducciones en diversos países de Europa tendrían un impacto negativo en las economías más fuertes de la Eurozona.


En Financial Times (14 de enero de 2009), Tony Barber y David Oakley indican la fuerte posibilidad de que surjan desacuerdos sobre el impacto de 'la política fiscal' en diversas economías nacionales, especialmente Alemania: "Alemania, que ha hecho grandes esfuerzos para poner su casa en orden fiscal en los últimos tres años, está lejos de estar interesado solo en que el exceso de la política fiscal pueda infligir daños a largo plazo en la unión monetaria en Europa - un precio que los alemanes son inflexibles… no van a pagar." En el próximo período de turbulencia económica, países como Italia, Grecia o España serán obligados a abandonar la UEM o el euro, no se puede descartar.



Como el CIT señaló, las contradicciones entre los intereses de las distintas economías nacionales no se pueden superar decisivamente sobre la base del capitalismo. Impulsados por el colapso de la economía planificada estalinista en Rusia y Europa Oriental, diversos poderes europeos fueron capaces de unirse y cooperar para asegurar condiciones favorables para el capitalismo en auge. La UE también proveyó empresarios europeos con la capacidad de competir mejor con las economías de EE.UU. y de China. Sin embargo, en lo que respecta a los millones de trabajadores de Europa, la UE ha representado la unión de los patrones y explotadores europeos, unidos por su necesidad de cada vez mayores ataques a los trabajadores.



La unión de los patrones

La naturaleza anti obrera de la UE fue bien ilustrado por el papel que desempeñaron estas instituciones durante el último período de auge económico, en el fortalecimiento y la coordinación de la ofensiva neoliberal a gran escala en la UE. Mientras las ganancias se disparaban al cielo, la UE impulsó una campaña para recortar los salarios, para aumentar las horas de trabajo y facilitar las privatizaciones.



La UE desempeña un papel fundamental en impulsar un asalto neoliberal sobre los servicios públicos. El Tratado de Lisboa, la pretendida «constitución» de la UE que fue rechazada por los votantes irlandeses en junio de 2008 (sólo debe ponerse de nuevo ante el electorado, a finales de este año) es explícito en el llamamiento para "la uniformidad de las medidas de liberalización". En otras palabras, la uniformidad en la extracción de activos del sector público por toda Europa, y la venta de los servicios públicos esenciales, incluida la salud y la educación, impulsado por la codicia de los especuladores.



Una Europa socialista

El rechazo del Tratado de Lisboa por los votantes irlandeses en junio de 2008 se levanta como un ejemplo para los trabajadores y los jóvenes de Europa, de cómo la UE puede ser golpeada hasta hacerla retroceder. El Partido Socialista (CIT en Irlanda) llamará a votar otra vez «no» cuando el tratado se presente ante la población irlandesa de nuevo, a pesar de que ya fue rechazado. Sin embargo, votando no en los referendos no será suficiente para rescatar a los trabajadores europeos del desempleo, de los ataques y, en general, del sufrimiento que un prolongado período de recesión económica traerá. Los gobiernos de los países de la UE, y los líderes de la UE tratarán de hacer pasar el costo de la crisis a los trabajadores y sus familias.


Los ataques de los patrones y gobiernos provocarán una nueva ola de radicalización, con los jóvenes y trabajadores resistiendo. El desarrollo de nuevos partidos de masas de trabajadores de lucha por toda Europa será una parte importante de este proceso. La única alternativa viable a la crisis capitalista, al ciclo de auges y crisis y ataques; es una economía socialista planificada, en la que el destino de los puestos de trabajo, hogares y medios de subsistencia no estén determinados por el casino capitalista de mercado. Será la economía europea planificada democráticamente, la llamada a satisfacer las necesidades de la gran mayoría; en lugar de los súper-ricos y sus representantes en la UE y los gobiernos nacionales. Las luchas de los trabajadores europeos deben basarse en el poder de la clase obrera para poner fin a la dictadura de las grandes empresas, representada por la élite de la UE, y reemplazarla por un modelo socialista. Sobre la base del control democrático de los trabajadores en la economía y la sociedad, puede haber verdadera solidaridad y colaboración entre los trabajadores europeos de todos los países, en unos Estados Unidos Socialistas de Europa.

martes, 27 de enero de 2009

Economía Mundial: Recesión económica proseguirá

La Banca acusada de Codicia y Miedo



Patricio Guzmán, Socialismo Revolucionario, CIT Chile.

27 de enero del 2009.



En el mejor de los casos, el programa económico de la administración Obama, que ha sido calificado como insuficiente, por economistas reputados de los EE.UU. conseguirá atenuar los efectos del colapso financiero sobre el conjunto de la economía, impidiendo que la recesión se consolide como una depresión abierta.


El capitalismo no va a desaparecer por si mismo, la historia nos ha enseñado hasta que punto se pueden llegar a deteriorar las condiciones de vida, si no se construye una dirección alternativa para la marcha de la sociedad y además sin una decidida voluntad de lucha de los trabajadores y los pobres. Si no acabamos con él, nuevamente se reiniciará el ciclo de acumulación capitalista con su lógica de la ganancia y su marcha anárquica hacia una nueva crisis.



Pero sin ningún ánimo catastrofista, se puede afirmar que lo más probable es que la recesión actual de EE.UU., y Europa proseguirá, y que cuando ocurra la salida será débil y desigual. Una salida que esperan que paguemos los trabajadores con desempleo, salarios a la baja, condiciones de trabajo deteriorado, aumento de la pobreza, extensión de los oligopolios y monopolios, y mayor concentración de la riqueza.


Una característica del capitalismo es la separación entre la industria financiera y la economía productiva, estos dos sectores de la economía tienen dinámicas distintas y a ratos contradictorias el uno con el otro. Sin embargo, no existe un muro que separe en compartimientos estancos el sector financiero del sector productivo, ninguno existe al margen del otro.



Nada más absurdo que calificar la crisis global actual como puramente financiera, como lo hicieron hasta hace poco, en Chile, algunos analistas convencionales de la economía, e incluso hasta un candidato a alcalde apoyado por el Partido Comunista, en Valparaíso.

Un artículo central en el prestigioso medio de economía capitalista y negocios The Economist, recientemente sostuvo que:


“Cuando el sistema financiero colapsa todos sufren. En los últimos 22 meses la sacudida se ha extendido desde las viviendas norteamericanas, sector tras sector, economía tras economía, algunos mercados se han recuperado, otros están siendo machacados por la volatilidad. En todas partes los buenos negocios han ido a la quiebra y se están destruyendo empleos. Mientras el crecimiento de los mercados emergentes se detiene, las economías ricas se encogen. Alan Greenspan quien, como presidente de la Reserva Federal, supervisó el auge, dijo que este era “un tipo de acontecimiento que ocurre una vez cada cincuenta años, probablemente una vez en un siglo”. Los mercados financieros prometieron prosperidad, en cambio trajeron penurias.

(…)



Las Finanzas cada vez son más frágiles. Barry Eichengreen, de la Universidad de California en Berkeley y Michael Bordo de la Universidad de Rutgers identificaron 139 crisis financieras entre 1973 y 1997 (de las cuales 44 tuvieron lugar en los países de altos ingresos), en comparación con un total de sólo 38 entre 1945 y 1971. Las crisis son dos veces más comunes hoy de como lo fueron antes de 1914, concluyen los autores.”[1]



Después de describir como las Finanzas funcionan sobre la base de la credulidad en promesas futuras de gente desconocida para los inversionistas, y advertir el golpe ideológico que han recibido los partidarios del ‘libre mercado’, el autor del artículo de The Economist termina con una posición a la defensiva, defendiendo una economía mixta con intervención estatal, que hasta hace poco no se hubiera esperado en los medios empresariales, llenos de arrogancia exitista.



“De hecho, el objetivo no debería ser ni desterrar las Finanzas ni castigarlas, sino para crear un sistema que apoye el crecimiento económico a través de la mejor combinación de estabilidad impuesta por el Estado y la iniciativa privada. Las Finanzas modernas son defectuosas, inestables y propensas a los excesos. Pero piensen en las botas y las vidas desperdiciado: los mercados planificados también son imperfectos, inestables y demasiado excesivos.”[2]



Después de millonarios paquetes de rescate de la banca, sin que las grandes entidades financieras consigan salir de sus propios problemas, y con la restricción al crédito estrangulando la demanda y a los otros sectores de la economía, voces crecientes de la opinión pública en los países desarrollados defienden la necesidad de nacionalizar los bancos. Incorporándose a este clamor artículos publicados en medios conservadores como el Financial Times en Gran Bretaña.




Para evitar ser arrastrados a la bancarrota por el sistema financiero, otros empresarios han echado por la borda toda su propaganda del ‘libre mercado’ como ‘la herramienta más eficiente de distribución de los recursos’, ‘que premia a los más productivos y castiga a los menos eficientes’. Llegado el momento de responder al ‘mercado’, y salir quebrados de los negocios, todos – desde los bancos a la industria - se han olvidado rápidamente de su animadversión por la intervención estatal, y han corrido a exigir de ‘su’ estado la socialización de las pérdidas. Quieren que las ganancias sean privadas pero las perdidas las paguemos todos, y seguir en los negocios como siempre.

Sin embargo, el rebrote de la crisis financiera en los países más desarrollados, ha destruido la ilusión de un pronto regreso al ciclo de crecimiento. Y los otros sectores capitalistas culpan a la banca del desastre por su ‘Codicia y miedo’.



Efectos en la región

El impacto de la recesión sobre los países de América Latina y el Caribe, está siendo duro, por su dependencia de las economías desarrolladas de EEUU y Europa, y de los grandes mercados emergentes, especialmente de China, todos ellos en problemas. La OIT ha dado a conocer su pronostico que con un crecimiento del 1.9% del PIB en la región para 2009, el desempleo llegaría a un rango entre 7.9% y 8.3% de promedio anual, lo que significaría que el promedio anual de desocupación aumentaría por primera vez desde el año 2003.



En Chile las proyecciones de desempleo para el año 2009, son superiores al 10%, mucho mayores en la región de Valparaíso en donde podría llegar hasta 14%. Una situación muy preocupante, especialmente si se piensa que los estudios han pecado de optimismo desde que en EE.UU. estalló la burbuja hipotecaria, que dio origen a la recesión global, hace ya casi dos años.



El ministro de Economía, Hugo Lavados, después de reunirse ayer con el presidente y el secretario general de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Bruno Philippi y Andrés Concha, representantes de los grandes empresarios, admitió que hay “serias restricciones al crédito” de parte de los bancos. Los mismos que recibieron 5.000 millones de dólares del estado, solo para apresurarse a despedir masivamente trabajadores – dando una señal a los demás sectores – y que restringieron fuertemente el crédito a las empresas y particulares.



Andrés Concha, además dijo que “estamos todos preocupados, sobre todo, porque desconocemos por cuánto tiempo puedan prolongarse las condiciones que hoy día estamos experimentando”



Ambos representantes empresariales, aprovecharon para pedir más flexibilidad laboral. Aunque es bastante difícil culpar de la recesión a supuestas rigideces de una economía rankeada en el lugar 11 en el mundo por su ‘libertad económica’, es decir justamente por la alta flexibilización y desregulación. Desmejorar las condiciones de los trabajadores, haría que el mercado interno que se está contrayendo, se debilite aún más, profundizando la recesión.



Siguiendo con la seguidilla de malas noticias del desempeño de la demanda, en los medios de comunicación, se informó que los indicadores de ventas en la Región Metropolitana mostraron los peores resultados desde 1999. Las ventas de diciembre de 2009 fueron menores en un 9% respecto de diciembre de 2007, y el sector proyecta una caída de hasta 3% este año 2009.



Ahora suenan ridículas las palabras de Velasco, ministro de hacienda, que aseguraba que Chile estaba blindado ante la crisis.




[1] Codicia y Miedo. Un informe especial de The Economist, 22 de enero 2009.
[2] Idem.

miércoles, 21 de enero de 2009

Rebrote de la crisis bancaria internacional


Patricio Guzmán, Socialismo Revolucionario, CIT Chile

21 de enero del 2009.



Alan Greenspan había dicho, en diciembre de 2008, que lo peor del colapso del crédito de EE.UU. ya había pasado y que el sistema bancario estaba listo para financiar un renacimiento económico sostenible. Dijo que no esperaba una nueva crisis bancaria, cuando los estándares se hicieran más rígidos el próximo mes.


En respuesta a predicciones de académicos que los estándares bancarios más rígidos que entrarían en vigor el 19 de diciembre, producirían nuevas quiebras masivas, concedió que “más bancos caerían, quizás algunos de tamaño considerable.” Pero su visión del sistema bancario era esencialmente optimista, aunque dijo que el mercado inmobiliario y las tasas de interés “serán muy importantes aquí y no pueden ser predecidas con ninguna certeza.”


Una vez más, el neoliberal ex presidente de la Reserva Federal norteamericana, y uno de los más importantes responsables de la gigantesca burbuja especulativa, se equivocó. El pasado 16 de enero, la prensa informó que Citigroup reveló planes para dividirse en dos, y un nuevo acuerdo para un plan de rescate con el gobierno norteamericano por 235 billones de dólares. El grupo financiero anunció perdidas por 8.29 billones de dólares en el cuarto trimestre de 2008, su peor resultado desde que comenzó el colapso del crédito.

Mientras el Bank of America recientemente rescatado anunció que Merrill Lynch, que había adquirido este mes, reportó pérdidas por 15.3 billones de dólares.
El día 15, el Tesoro de EE.UU. aceptó rescatar al Bank of America con un paquete de préstamos, garantía y nuevo capital por 138 billones de dólares pocos días después que el banco tomara el control de Merrill Lynch, el corredor de Wall Street.
El Bank of America reveló una pérdida neta en el último trimestre de 1.7 billones de dólares, su primer déficit en 17 años. Las pérdidas de Merrill Lynch no fueron incluidas en las cifras porque el acuerdo de adquisición finalizó solamente a principios de mes.

El prestigioso economista, Kenneth Rogoff, quien fuera jefe del FMI de 2001 a 2004, ha advertido que nuevamente un gran banco de los EE.UU. podría ser liquidado como consecuencia del colapso crediticio.


También dijo que los EE.UU. no han salido de la situación, y que lo peor todavía está por venir.


Advirtió que “No vamos a ver hundirse simplemente bancos de tamaño medio en los próximos meses, vamos a ver uno tremendo, uno de los grandes – uno de los mayores bancos de inversiones o grandes bancos,” y predijo que la crisis daría lugar a una nueva ola de concentraciones en el sector financiero norteamericano antes de que se superara, con fusiones entre grandes instituciones.


Además sugirió que los grandes del mercado hipotecario secundario de EE.UU. Fannie Mae y Freddie Mac, que ya han recibido gigantescos paquetes de salvataje, dejaran de existir en su actual forma, en los próximos meses, y que al gobierno no le quedaría otra opción que nacionalizarlos.

A diferencia de otros economistas preocupados por el peligro de la deflación (la caída continuada de los precios), el académico lanzó una advertencia sobre la inflación al alza en los EE.UU., que el mes pasado llegó al punto más alto desde 1991, y criticó a la Reserva Federal por haber cortado las tasas de interés demasiado drásticamente. Afirmando que “la reducción de las tasas de interés provocará mucha inflación en los próximos años en los Estados Unidos”



Caída en las bolsas de valores

El mismo día de la asunción de Obama a la presidencia, el índice bursátil Dow Jones retrocedió un 4%. Citigroup, Bank of America y JP Morgan Chase propiciaron el desplome con fuertes caídas del 18%, el 29% y el 21% respectivamente.

Las malas noticias del sistema financiero norteamericano repercutieron fuertemente en Europa y especialmente la segunda gran plaza bancaria mundial, Gran Bretaña,

El viernes 16 de enero, los rumores que el Barclays, que se había resistido a tomar dinero del estado, había solicitado al Tesoro una inyección de capital, o que uno de sus principales directores había renunciado, lo hundieron en la bolsa y perdió un 25% de su valor. Otros bancos están en una situación parecida. Ese mismo día el valor en bolsa del Royal Bank of Scotland (RBS) cayó un 13%, y Lloyds Banking Group un 5%.
Hoy, 21 de enero de 2009, Barclays nuevamente sufría una caída del 23% en la bolsa londinense hasta alcanzar su nivel más bajo desde 1985, mientras que Lloyds descendía un 15%.


En Bélgica el banco KBC perdió ayer un 24% de su cotización en bolsa y a media mañana de hoy retrocedió otro 32%.


El diario español El País, también informó que “Ayer (20 de enero de 2009) no hubo un solo país que mantuviera su sector bancario a salvo de los recortes, aunque Alemania, España e Italia se mantuvieron en lo que algunos consideraban "un discreto segundo plano". El grueso de la actividad vendedora o, al menos sus mayores efectos, se concentró en el Reino Unido, con caídas que llegaron a superar el 30%. Si la cuestión se plantea en términos anuales, las cosas resultan muy parecidas, pues en el Reino Unido el Royal Bank of Scotland cae el 79,15%, Lloyds Bank el 64,44% y Barclays Bank el 52,48%. Para encontrar cifras similares hay que dirigirse a Estados Unidos, donde el Bank of America lidera el ranking de pérdidas con el 57,53%, a media sesión de ayer. Citigroup perdía el 53,95% y JPMorgan el 37,20%. Los bancos españoles "se benefician" de la solidez del sistema y despachan la situación con unas pérdidas anuales del 20,44% para el Santander y del 21,71% para el BBVA, que se cuentan entre las mejores de Europa.


En un artículo en el diario de economía y negocios conservador, Financial Times, John McFall, asesor del primer ministro, Gordon Brown, y presidente del comité selecto del Tesoro, John McFall, junto con el experto en capitales privados John Moulton defendió la nacionalización completa de la Banca: "Acabemos de una vez con esta situación. Nacionalicemos ambos".


"Las cosas están tan mal - como nunca lo habían estado antes- que necesitamos pensar en medidas radicales, medidas que hace sólo un año habrían parecido locas; las acciones de esos bancos ponen nerviosos a los mercados. Ambos consideran que es muy probable que necesiten más capitales y que este capital tendrá que venir casi necesariamente del contribuyente".


"Con el apoyo del sector público podemos utilizar esos bancos para volver a prestar dinero. Y (los bancos) podrían prestar mucho porque el Gobierno puede ofrecer mejores garantías que nadie de que tendrán el capital necesario".

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Japón
Aunque los bancos de Japón, la segunda economía mundial, se han mantenido relativamente poco expuestos a los productos hipotecarios sub prime, existe el temor que estarían muy expuestos a las consecuencias de la nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac. Las grandes casas financieras japonesas mantienen alrededor de 66 billones de dólares en bonos y papeles respaldados por hipotecas emitidos por grupos financieros de viviendas en los EE.UU. “Si se lleva a cabo la recapitalización de la que se habla, no hay seguridad que los valores emitidos (por las empresas norteamericanas de hipotecas) sean garantizados en un 100 por ciento,” dijo Yukata Shiraki, un encargado de alto rango en valores de Mitsubishi UFJ Securities.


El reporte del Banco Central de Japón incluyó algunas predicciones vagas de vuelta al crecimiento en un tiempo, pero los corredores de valores dijeron que los comentarios destrozaron cualquier esperanza que la economía volcada a las exportaciones pudiera “desacoplarse” de alguna manera de las aflicciones en los EE.UU.



China
Sobre la aparente buena situación de los bancos chinos, un artículo de la prestigiosa revista británica The Economist, se interroga si ello significa que los bancos funcionan mucho mejor en una economía fuertemente intervenida y controlada por el estado, a salvo de la avaricia y la estupidez de los banqueros privados, o si más bien quiere decir que las estadísticas se pueden trucar mejor en una economía de esta naturaleza, en cuyo caso la buena salud de la banca china solo sería una ilusión, y además señala que los inversionistas extranjeros están retirándose de los bancos del país asiático, lo que puede deberse tanto a falta de confianza, como a urgentes necesidades de liquidez.
El rebrote de la crisis financiera es una señal de alerta grave, significa que los millonarios planes de rescate de los gobiernos no han funcionado, y que tenemos recesión para rato.


En cualquier caso, mientras la parálisis del crédito hace estragos sobre la economía real en recesión, con un aumento brutal del desempleo, se abre un nuevo consenso entre los especialistas financieros de los países desarrollados, que hasta hace poco aplaudían las virtudes de la ‘economía de libre mercado’, como gustan llamar eufemísticamente al capitalismo global: Los mercados financieros no funcionan como los mejores asignadores de recursos, ni se auto corrigen por si solos sin intervención estatal.

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Información recogida de los periódicos: Internacional Herald Tribune, Times Online, The Economist, El País.

martes, 13 de enero de 2009

2008 - El año desastroso del capitalismo global

El mundo en Recesión

La zona del Euro y Japón están en recesión y se ha reconocido que los Estados Unidos ya llevan un año en esta situación. Lo que comenzó como el reventón de una gigantesca burbuja de especulación financiera con las hipotecas en los EE.UU., hace un año y medio, se ha convertido en una recesión global del mundo capitalista.

La crisis financiera empezó golpeando fuerte a las economías más desarrolladas, EE.UU., Europa Occidental y Japón, que vieron como en días se fundían en la nada sumas inmensas invertidas en valores que quedaron en nada. En septiembre pasado, Lehman Brothers, uno de los grandes bancos de inversiones de EE.UU. se declaró en bancarrota, arrastrando a las bolsas internacionales en su caída. Después de esta quiebra, el gobierno norteamericano debió tomar el control de la gigantesca aseguradora American Internacional Group para evitar que su caída produjera la quiebra de cientos de bancos, y el colapso inmediato del sistema bancario en el mundo.

Sucesivas quiebras y temores de nuevas quiebras, de las instituciones financieras expuestas por inversiones especulativas en lo que hoy se llama ‘valores tóxicos’, pero hasta ayer aparecía como un excelente negocio, han provocado la parálisis de los préstamos interbancarios, una crisis de confianza en la banca y la contracción del crédito a los individuos y las empresas.

En Septiembre de 2007, en Gran Bretaña, el Northern Rock fue el primer banco británico en experimentar una ‘Corrida Bancaria’, cuando miles de ahorristas acudieron en masa a retirar sus depósitos del banco, al extenderse los rumores de su mala situación. Finalmente el gobierno optó por inyectarle dinero público, y nacionalizarlo de hecho.

Siguieron otros casos de desplomes de la banca en Francia, Alemania, Austria… de todo el caso más serio tuvo lugar en Islandia. La crisis económica llevó a Islandia al borde de la quiebra. Este país de poco más de 300.000 habitantes, con un sector financiero que representa entre 8% y 10%, era el sexto más rico de la OCDE, se le ponía como ejemplo de buen desempeño de la economía neoliberal. La banca tuvo un crecimiento de ganancias muy grande durante años, y se expandió internacionalmente. Pero como su negocio era altamente especulativo, se hundió con la crisis financiera, los tres grandes bancos Islandeses; Glitnir, Landsbanki y Kaupthing, han quebrado y debieron ser adquiridos por el estado, en su caída arrastraron al resto de los sectores de la economía. La bolsa perdió en días más del 76,13 por ciento de su valor y el desempleo se multiplica. Antes de esta situación, el país aparecía en el listado de los más ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) y sus habitantes eran considerados los ‘más felices’ del planeta.


No existe ‘desacoplamiento’
El supuesto ‘desacoplamiento’ y posterior papel de locomotora de la economía internacional de las economías emergentes, especialmente China (la cuarta economía mundial), India y Rusia, ya se ha mostrado como una quimera. Los pronósticos de crecimiento para el 2009, de la economía del gigante asiático han ido rápidamente a la baja, desde un 10.5% a un 5%. La progresiva contracción de los mercados de los países desarrollados que son los principales clientes de las exportaciones producidas en China está teniendo un impacto contractivo, el bajo poder adquisitivo de la población China – debido a los salarios bajísimos que percibe la clase trabajadora – impide a las autoridades recurrir al recurso de incentivar la demanda interna con posibilidades de éxito, para frenar la caída.
Se espera que los países atrasados sean los más golpeados por la recesión global.

Aunque otros países, como Chile, todavía no reciben completamente el impacto de la recesión mundial. Esto no nos debe llamar a engaño, finalmente serán los países dependientes los que van a recibir más fuertemente el peso de la recesión. El Banco Mundial informó de una lista de 28 países, trece de ellos en África que son los más vulnerables.
En América Latina, los altos precios de las materias primas, que permitieron grandes entradas a las arcas fiscales, y a las empresas privadas, en primer lugar, por el peso de la contracción de la economía China, han experimentado caídas espectaculares en meses.


Cambios dramáticos en los precios
El cobre llegó a US$1,25 la libra, hoy día 24 de diciembre de 2008. El precio del petróleo que había alcanzado los $147 dólares el barril en Julio, ha caído hasta los $34,49 dólares
Para la economía chilena fuertemente dependiente del precios de las exportaciones de ‘commodities’, especialmente el cobre, el resultado es que el país pasará del superávit fiscal al déficit.


El fracaso del sistema de AFP
El sistema de capitalización forzoso privado que reemplazó en Chile al sistema de seguridad social, ha fracasado. La crisis financiera borró todas las extraordinarias ganancias, basadas en la especulación, que mostraban los fondos en el pasado. Las tasas de ganancias que mostraban los fondos hasta el 25 de julio de 2007 se han evaporado , especialmente aquellos con más alta composición de títulos de renta variable. Al día de hoy los fondos previsionales acumulan una pérdida de 17.251 mil millones, equivalentes al 27.93%. El fondo A acumula pérdidas por 42.50%. En definitiva, esto ha venido a agravar los problemas, se puede afirmar taxativamente que el sistema de AFP no garantiza las pensiones, el grueso de los trabajadores chilenos va a recibir pensiones cerca de la mínima garantizada por el estado.

Durante años los neoliberales presentaron en todo el mundo este sistema como la alternativa a los sistemas de reparto de Seguridad Social, basados en principios como la solidaridad y la universalidad, ahora nadie en su sano juicio podría recomendar este sistema de capitalización individual.


Las medidas tradicionales no surten el efecto esperado
Hasta ahora las medidas adoptadas por las autoridades no parecen funcionar.
EE.UU. y los países europeos reaccionaron con enormes paquetes de rescate, 700 mil millones de dólares en el caso norteamericano. Estos recursos están siendo transferidos desde los bolsillos de los contribuyentes a la empresa privada, en primer lugar a la banca, para impedir su colapso Se trata de una gigantesca operación para transformar las pérdidas en públicas, mientras las ganancias son privadas.

Mientras tanto dos millones de familias han perdido sus viviendas, y la venta inmobiliaria está casi paralizada. Las perspectivas de larga recesión, alza del desempleo, dificultades para conseguir crédito, y de ‘deflación’ (caída sostenida de los precios) presionan a los consumidores a postergar sus decisiones de compra.

Una de las victimas es la industria automotriz. En EE.UU. tres de los principales productores de automóviles norteamericanos - General Motors, Chrysler y Ford - están al borde de la quiebra, la discusión para los dos primeros es si será una bancarrota ordenada con ayuda del estado, o simplemente el colapso.

Además de inyectar enormes sumas de dinero a la banca, los Bancos Centrales han bajado radicalmente sus tasas de interés. En Estados Unidos están en un rango entre 0 u 0.25, lo más bajo que nunca hayan estado. Con esto se ha llegado al límite de las posibilidades reactivadoras mediante las rebajas de tasa.
Algunos economistas, partidarios del capitalismo, advierten que de esta manera se premia la ineficiencia, y se prepara el estallido de una próxima burbuja especulativa.

Entre la inflación y la deflación.
Tanto la inflación, como la deflación (caída sostenida de los precios) son tremendamente desestabilizadoras de la economía. Durante el año 2008, el mundo entró en una espiral inflacionaria, sin embargo, uno de los efectos de la recesión, es que las principales economías ahora enfrentan la enfermedad contraria; la deflación. Al principio, la deflación puede parecer buena, todos se alegran de la baja de los precios. Pero comienza a provocar efectos perturbadores; las decisiones de compras e inversión se postergan, porque conviene esperar precios más bajos, con lo cual se agrava la contracción de la demanda, que justamente está en el origen del problema, con lo cual se profundiza la recesión y sus consecuencias.

Mientras el mundo desarrollado enfrenta está situación de deflación, que se ha dado pocas veces, en Chile todavía no es posible descartar la amenaza de la inflación, que si se une a la recesión económica, impide el uso de las herramientas monetarias a través de la rebaja de las tasas, puesto que las rebajas en principio deberían estimular la inflación.

Pero, aunque los economistas no lo reconozcan, la recesión ha echado por tierra todas las supuestas verdades de la economía tradicional, y los dogmas neoliberales. Demostrando que los ‘técnicos’ y ‘especialistas’ engreídos, en realidad saben harto poco del funcionamiento de los mercados, que hasta ayer defendían convencidos como el mejor instrumento para la creación de riqueza y la toma de decisiones económicas eficientes, exigiendo la no participación de los estados en la vida económica, mientras que ahora suplican más transferencias del estado a las grandes empresas privadas, y política contra cíclicas (obras públicas, rebajas de tasas de los bancos centrales, rebajas de impuestos).

La clase trabajadora y los pobres, van a sufrir fuertemente las consecuencias de la recesión, sobretodo por la ausencia de grandes organizaciones sindicales y políticas a su servicio. Se prevé un aumento del desempleo de dos dígitos para el 2009, la presión a la baja de los salarios y las condiciones laborales. La contracción del acceso al crédito personal, va a hacer difícil la vida cotidiana de nuestra gente, especialmente de ese 40% que está sobre endeudado, y que de pronto no van a tener posibilidades de chutar el problema hacia delante, tomando nuevos créditos.

La caída de ‘Wall Street’ es comparable con la caída del Muro de Berlín. Las repercusiones en todos los ámbitos, que sobrepasan los económicos, van a ser muy importantes. El horizonte del capitalismo que parecía intraspasable, se ve ahora agobiante, es necesario que comencemos a pensar en una sociedad que no esté basada en el lucro y la especulación, sino en las necesidades de la gente y la solidaridad, una sociedad socialista y democrática.