lunes, 11 de agosto de 2008

EL CAOS DEL CAPITALISMO


El precio del petróleo se fija en los casinos del capitalismo financiero.


Lynn Walsh, extraído de The Socialist, periódico semanal del Partido Socialista, CITen Inglaterra y Gales.



Hemos sido golpeados por un tsunami de subidas de los precios de la energía. Una avalancha de actividad especulativa en los mercados de petróleo ha producido una gran burbuja que reventará inevitablemente en los próximos meses. Los máximos en los precios del combustible han dado un giro cruel a la inflación y han elevando en todas partes los costes de la vida para los trabajadores. Los altos precios de los combustibles están llevando a los EE.UU., Gran Bretaña y a otras economías muy cerca de una severa recesión.


¿Por qué el alza de los precios del combustible tiene esos efectos devastadores? ¿Qué hay detrás de las subidas de los precios? ¿Qué efectos tendrán sobre la economía mundial los precios del combustible y la especulación?


El precio del crudo alcanzó recientemente su máximo histórico de 139´12 dólares el barril (42 galones/159 litros). A finales de 2006 el barril estaba en 60$/barril y alrededor de 90$ a finales de 2007. Desde el comienzo de este año los precios saltaron desde los 100$/barril hasta los precios actuales.


Esto ha dado como resultado una explosión en los precios de la gasolina y especialmente del diesel en Gran Bretaña, Europa y los EE.UU. El gasoleo caro ha provocado bloqueos de los camioneros, granjeros y pescadores. Las aerolíneas han impuesto recargos y reducen sus vuelos. En Gran Bretaña, EE.UU y en otros lugares, el gas doméstico, la electricidad y las facturas de la calefacción también se han disparado.


Por otra parte, los altos precios de la energía son uno de los principales factores de la subida mundial de los precios de los alimentos. El incremento en los precios de los fertilizantes, del empaquetamiento y del transporte se ha trasladado a los mercados y a las tiendas. Al mismo tiempo el cambio de la producción agrícola a los biocombustibles (sobre todo en respuesta a los altos precios del petróleo), ha sido un factor fundamental para reducir la producción de alimentos básicos como los cereales o el aceite de cocina, aumentando sus precios. Los disturbios a causa de los alimentos en muchos países son un síntoma de la creciente penuria, hambre y empobrecimiento.


Claramente el dinero se gasta en combustibles y alimentos y no puede ser utilizado en otros bienes y servicios. Por ello, los niveles de vida estan cayendo, mientras cae el gasto de consumo (de los no combustibles y alimentos) y socava el crecimiento económico. Todo esto unido a la severa carestía de crédito provocada por la crisis de las hipotecas subprime, los precios de los combustibles acercan a la economía mundial a una severa crisis.


¿Quién es el culpable?

¿Cuales son las razones reales para el repentino aumento de los precios de los combustibles? Algunos, como Gordon Brown, culpan a los países productores de petróleo de la OPEP (12 países incluidos Arabia Saudi, Iran, Iraq, Nigeria y Venezuela), que han restringido su producción en el pasado para mantener los precios.


El Primer Ministro australiano, Kevin Rudd, fue más lejos y pidió el pasado domingo a los países del G8 que "aplicaran el soplete" para forzar a la OPEP a aumentar su producción.

Otros culpan a Big Oil, las cinco colosales multinacionales (Exxon/Mobile, Chevron Texaco, ConocoPhillips, BP y Shell) que dominan el refinamiento y la distribución de los productos petrolíferos.


Sin embargo, recientemente dedos acusadores han señalado a los especuladores que han jugado febrilmente en las bolsas de materias primas de Nueva York, Chicago y Londres, buscando los beneficios en las subidas de los precios de los combustibles, los minerales y los alimentos. ¿Qué es cierto?


En 1973 (como respuesta a la Guerra árabe-israelí) y en 1979 (después de la revolución iraní) los productores de la OPEP impusieron un embargo de petróleo que cuadriplicó su precio en 1973 y lo duplicó en 1979. En ambas ocasiones, el shock de los precios provocó una caída de la economía mundial.


En los últimos tiempos, cuando el precio del crudo se ha disparado, la OPEP ha conseguido incrementar cuantiosamente sus ingresos, al igual que los países productores que no pertenecen a ella como Rusia. Pero parece poco probable que hayan restringido su producción (de todas maneras, la OPEP cuenta en la actualidad con el 40% de la producción mundial). De hecho probablemente han aumentado su producción al máximo de su capacidad.


Los países petrolíferos dan la bienvenida a la subida de precios como compensación a la fuerte caída del valor del dólar estadounidense (en el que se calcula el precio del petróleo). En valores reales, ajustados por la inflación, el máximo de 1979 con 39´50 dólares fue sólo superado en mayo de este año. Pero sus estrategas temen ahora que los precios del combustible excesivamente altos provoquen una recesión mundial, llevando a la caída de la demanda de petróleo y a una caida de sus ingresos. Ellos culpan a los especuladores.


Big Oil también culpa a los especuladores. Estas empresas con grandes beneficios, sin embargo, están lejos de ser inocentes. Al igual que los productores han buscado siempre maximizar sus ingresos. Estos oligopolios han maniobrado siempre maximizar sus beneficios de la extracción, refinamiento y distribución de los productos petrolíferos. Por ejemplo, los precios del crudo subieron entre 1999 y el 2006 y las refinerías estadounidenses incrementaron sus márgenes de beneficios por galón de gasolina del 22´8% al 53´5%. Hoy en día, sus márgenes de beneficio son sin duda incluso mayores.


Sin embaro Big Oil ha sido muy reacio a invertir en mayores proyectos de explotación o en capacidad de refinamiento adicional, por temor a que los precios se redujeran a medida que la economía se ralentice en los próximos años. Desde 2005, los 5 grandes han devuelto 170.000 millones a sus accionistas en vez de invertir sus beneficios en aumentar su capacidad o en fuentes de energía renovable.


Sin embargo, en la presente situación, la principal responsabilidad del aumento de los precios del petróleo parece radicar en los grandes especuladores financieros que están jugando en los volátiles mercados de materias primas. El precio del petróleo, un producto totalmente esencial para el funcionamiento de la sociedad, está siendo colocado en los casinos del capitalismo financiero.


Petróleo como activo financiero

Con la caída de los tipos de interés (como lucha de los bancos centrales para contrarrestar los efectos de la carestía de créditos), los grandes inversores como los fondos de cobertura, los bancos de inversión y los fondos de pensiones se han cambiado a los mercados de las materias primas en busca de mayor rentabilidad. Mientras los bajos tipos de interés han reducido los beneficios de otros activos financieros, la subida del crudo y de otros precios de productos básicos ofrece perspectivas de grandes beneficios en los mercados de futuros.


Un "futuro" es un contrato para comprar un lote de petróleo u otro producto básico a un precio fijo en una fecha concreta. Normalmente, son usados por los comerciantes de los productos básicos físicos, productores, comerciantes y distribuidores, para suavizar las fluctuaciones de los precios y controlar sus flujos de caja.


Por otra parte, los especuladores, tratan las materias primas como un producto financiero. Compran futuros con la idea de que en la fecha de vencimiento, el envío tendrá más valor que lo que se pagó por ellos bajo el contrato de futuros para así poder venderlo con un beneficio. Incluso si la diferencia en el precio es relativamente pequeña, los especuladores pueden hacer grandes beneficios si hacen negocios a gran escala.


El capital que llegó a los fondos de materias primas se disparó de los 13.000 millones de dólares en el 2003 a los 260.000 millones en la actualidad. No es de extrañar que los fondos de cobertura (sin regular, clubs privados para especuladores multimillonarios) y los bancos de inversión estén involucrados, usando grandes sumas de dinero prestado para especular en los futuros y en otros complicados instrumentos financieros, tales como las opciones y los intercambios.


Además pueden adquirir un futuro anticipando un margen de sólo el 7% del valor del contrato. Pero los mayores especuladores en materias primas han sido los fondos de pensiones. Han invertido en los llamados "index funds" (fondos de inversión institucionales), grupos de grandes inversores que automáticamente compraban futuros cuando proyectaban que su rendimiento era superior a la media de un amplio índice de acciones y bonos.


Trabajando mano a mano con los grandes bancos de inversión (que obtienen una fortuna en honorarios), los fondos de pensiones han encontrado resquicios que les permiten evitar los reglamentos que les restringen los negocios especulativos en los mercados de materias primas.

En el año 2000 el Gobierno de los EE.UU. en respuesta a las presiones de empresas energéticas como Enron, relajó la legislación para negociar en los mercados de materias primas. Desde entonces, se ha aumentado seis veces el volumen de negocio. "En los últimos 5 años, los inversores se han dirigido con tal fuerza a los mercados de materias primas que su apetito por los contratos de petróleo ha sido igual al aumento de la demanda china en el mismo periodo, dijo un gestor de fondos de cobertura que testificó ante el Congreso...el último mes..." (Washington Post, 6 de junio 2008).


El juego de los fondos de pensiones

George Soros, que hizo su fortuna "jugando" en los mercados de divisas mundiales, advierte que el índice de los fondos de pensiones está exagerando los precios y creando una peligrosa burbuja en el petróleo y otros mercados de materias primas. Los gestores de los fondos de pensiones, por supuesto, lo niegan enérgicamente.


Un portavoz del Plan de Jubilación de los Empleados Públicos de California negó que sus inversiones en futuros estén teniendo un efecto significativo en el mercado. "Los máximos de los precios derivan de la oferta y la demanda dinámica" (Financial Times, 4 de junio del 2008). Su postura es que sus inversiones simplemente siguen las subidas de los precios del petróleo debidas al incremento de la demanda y la escasa producción.


La historia de los especuladores está siendo respaldada por los líderes políticos. Tanto Gordon Brown como el Secretario del Tesoro norteamericano, Paulson, culpan "a la falta de equilibrio entre la oferta y la demanda". La Comisión del Comercio en Fututos sobre Mercancías estadounidense, un perro guardián durmiente, dice que "las fuerzas manipuladoras de amplia base" no están "provocando la reciente subida de precios en las materias primas" (Financial Times, 29 de mayo 2008)


¿Cual es la verdad? No hay duda de que, como una tendencia general durante los últimos años, los precios del petróleo han sido impulsados por factores de oferta y demanda. El fuerte crecimiento de la economía mundial después del 2003 (promediando un 5% anual) e incluso un mayor crecimiento en China e India (más del 10% anual) ha creado indudablemente una excepcional demanda de petróleo.


Al mismo tiempo, la oferta ha sido restringida por una serie de problemas. A nivel global, la producción de crudo está aumentando más rápido que el descubrimiento y desarrollo de nuevas reservas. Algunos expertos dicen que el "máximo" del petróleo ha sido alcanzado y que a partir de ahora las reservas irán disminuyendo inevitablemente.



En algunos casos, las reservas recientemente descubiertas son más costosas de explotar y transportar debido a su localización (regiones árticas, profundidad del mar, etc) o a su pobre calidad (por ejemplo, con alto contenido en sulfuro, que requiere un refinamiento más costoso).

Los factores geopolíticos han aumentado también los precios y han causado volatilidad en los mercados de petróleo. La agitación en Oriente Medio provocada por la invasión de Iraq por parte del imperialismo estadounidense y británico, con el objetivo de controlar los campos petrolíferos de la región y asegurarse el petróleo barato, ha impulsado indudablemente los precios.


La interrupción de los suministros, por ejemplo en Iraq y Nigeria, el impacto de los huracanes en el Golfo de México, y los temores de estas interrupciones (por ejemplo, el miedo al ataque estadounidense a Irán) se han añadido a la volatilidad.

Además, la caída del dólar estadounidense, la moneda en la que se compra el petróleo, ha llevado a los productores a incrementar el precio para mantener sus ingresos en comparación con otras monedas más fuertes como el euro.


La especulación infla los precios

¿Pero son estas fuerzas de la oferta y la demanda suficientes para explicar la reciente subida de los precios del crudo? La oferta y la demanda han fluctuado sólo ligeramente desde que el barril estaba a 60$ a finales del 2006. Y no ha habido grandes crisis de suministros recientemente. Además la demanda ha caído ligeramente como resultado de la desaceleración en la economía estadounidense y europea. "El consumo ha caído en los dos últimos años y medio" (The Economist, 29 de mayo 2008). Normalmente, los precios del petróleo deberían caer en estas condiciones. Sin embargo han explotado, y la causa obvia es la especulación.


La razón real de la explosión de los precios del petróleo fue recientemente expuesta por un veterano analista de Wall Street a un comité del Congreso de EE.UU. que está investigando el mercado del petróleo. Fadel Gheit de Oppenheimer&Co dijo al comité: "Creo que los actuales precios están inflados mucho más del 100%. No creo que los fundamentos industriales de la oferta y la demanda justifiquen estos precios. Lo que creo es que están provocados por una excesiva especulación" (Wall Street Journal, 20 de febrero del 2008).


"Existe una total desconexión entre la oferta y la demanda" y el precio del petróleo, testificó Gheit. Las compañías petroleras pueden obtener beneficios sacando crudo a 15-20$ el barril. Históricamente, el precio del crudo ha sido de tres veces el precio de la extracción. Por lo que el precio de venta debiera ser de 45$ el barril. "Cualquier cosa por encima de los 45$ está inflada".

Entrevistado por la revista del Foreing Policy (www.foreignpolicy.com, noviembre 2007), Gheit dijo: "Verdaderamente creo que los grandes bancos de inversión y un gran número de jugadores financieros de alto riesgo han tomado el control de los mercados de petróleo, especialmente en los últimos 6 meses... las instituciones financieras, mientras hacen miles de millones de dólares de beneficios, están destruyendo el crecimiento económico mundial. La misma burbuja que surgió con las inmobiliarias y las tecnologías volverá y nos cazará".


Cuando la burbuja reviente

Soros ha advertido de que la burbuja del petróleo reventará inevitablemente. El frenesí especulativo actual, dice, es similar a la situación anterior al crack bursátil de 1987. "Si la tendencia cambiara y las (fondos de pensiones y otras) instituciones fueran el primer grupo es salir como ya lo hicieron en 1987, sería un crack". De hecho, el flujo de capital especulativo dentro de las compañías energéticas ha sostenido artificialmente el precio de las acciones en las principales bolsas de valores. Una huida de esas compañías provocaría un mayor crack.


La quiebra en el 2006 del fondo de cobertura Amarath Advisors, con 6.000 millones de dólares de pérdidas en el negocio de futuros de petróleo y gas, advierte de lo que está por venir. Si hay mayores caídas en los futuros energéticos, advierte un analista financiero, todos querrán salir y será "como entrar en una puerta giratoria en el momento equivocado y en la dirección equivocada" (Peter Beutel, MarketWacht, 30 de mayo).


El alza del precio del petróleo y la gasolina están agravando el descenso de la economía en EE.UU. provocada por la crisis crediticia. El efecto de las rebajas fiscales solo envió bajo el Gobierno de EE.UU. 150.000 millones de libras esterlinas como conjunto de medidas de estímulo y que será cancelada por el aumento de los precios de los combustibles. La ralentización estadounidense, por otra parte, ya está actuando como un lastre en Europa, Japón y otras partes.


Las subidas de precios de la OPEP en 1973 y 1979 golpearon a la economía mundial con sustos repentinos. Durante el último par de años se ha producido un choque lento, en un climax en el que los autoinflingidos golpes dejan sin sentido a las economías capitalistas avanzadas.

La señal es que el petróleo se está acercando rápidamente a su "punto de ruptura" o "punto de destrucción de la demanda", dónde se convierte en algo tan caro que la demanda de petróleo decae. Esto está ya ocurriendo en los EE.UU. Como resultado, los precios del petróleo caerán inevitablemente, probablemente con bastante rapidez a un punto concreto.


¿Caos o planificado?

"A causa de que el precio ha sido conducido por la especulación...la caída será dramática", dice un economista del Commerzebank (Financial Times, 28 mayo 2008). Pero la vuelta a los niveles de precios bajos llegará demasiado tarde para prevenir una recesión económica. Por otra parte, los precios bajos, y por tanto la reducción de los ingresos procedentes del petróleo, supondrá una crisis económica y política para muchos de los regímenes productores de petróleo.


Ahora, tras ocho años de actividad especulativa sin restricciones en los mercados de materias primas, la Comisión de Negocio de los Futuros sobre Materias Primas, bajo la intensa presión del Congreso ha anunciado que están desarrollando una investigación en conjunto con la Autoridad Británica de Servicios Financieros.


Se están produciendo llamadas a una mayor transparencia y a una estricta regulación. Los líderes políticos están siendo sacudidos por las protestas por los combustibles, mientras las empresas manufactureras están temiendo que sus beneficios sean exprimidos por los altos precios de las materias primas.


Tal vez así se muevan para poner freno a algunas de las actividades más depredadoras de los especuladores. Bajo el capitalismo, sin embargo, la regulación nunca tiene mucho efecto.

Los especuladores siempre encuentran un camino para evadir nuevas regulaciones, especialmente en los mercados financieros mundializados. En cualquier caso las nuevas regulaciones vendrán demasiado tarde. La burbuja de las materias primas está próxima a reventar y el daño será hecho antes de que se apliquen nuevos controles.


La frenética especulación de los mercados de materias primas, como la crisis de las subprime, crecen en el caos del capitalismo, dónde las grandes compañías petrolíferas y los financieros multimillonarios compiten por una mayor parte de los beneficios.


El capitalismo es incapaz de asegurar y suministrar energía, alimento y materias primas de una forma equilibrada que permita satisfacer las necesidades de la sociedad en su conjunto. No tomará nunca medidas adecuadas para conservar los recursos naturales, proteger el medio ambiente y combatir el calentamiento global. Los gobiernos capitalistas y las multinacionales están sólo tomando medidas simbólicas para desarrollar fuentes de energías renovables alternativas y seguras.


Big Oil asume el poder

Los elevadísimos precios de la energía son un desastre para la clase trabajadora en cualquier lugar. El caos en los mercados de materias primas llama a un cambio del sistema. Necesitamos un acercamiento al socialismo, basado en:


Nacionalización de las multinacionales del petróleo y del gas (con un mínimo de compensación sobre la base de necesidad). Llevar la industria energética al sector público bajo un control y dirección democrática de los trabajadores.


Plan de desarrollo y distribución de energía para conocer las necesidades reales de la economía y de la clase trabajadora.


Renacionalización de las grandes compañías de electricidad, gas y agua (actualmente dominada por cinco grandes monopolios) de forma similar.


Llamamiento al movimiento obrero de otros países a luchar por un programa similar con el objetivo de desarrollar un plan energético internacional.


Grandes recursos a la investigación y desarrollo de fuentes de energía renovable alternativas y seguras.

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